La mujer de la sociedad medieval a la moderna
Medievo (Siglo. V)
La iglesia jugó un papel clave en la construcción de dos figuras femeninas: Eva, quien provocara la expulsión del paraíso; y María, quien representa la virginidad, castidad y abnegación como esposa y madre. Se concibe entonces un conjunto de características propias de las mujeres: casta, prudente, trabajadora, honrada, callada, obediente, hermosa y culta.
Salzburg Missal (1478) |
En este período las mujeres campesinas se encontraban en las peores condiciones sociales. Encargadas de todas las tareas domésticas y de la educación de los hijos/as, así como del ganado y tierras de cultivo.
En esta época surgieron las brujas, en esta descripción cabía toda mujer sabía de anatomía, botánica, sexualidad, amor y reproducción. Eran parteras, alquimistas, perfumistas, nodrizas o cocineras; prestaban un importante servicio a la comunidad, todo esto fue interpretado como poderes otorgados por el Diablo.
La situación de las mujeres plebeyas era increíblemente distinta a la de las mujeres de la nobleza. Las mujeres plebeyas eran ajenas a toda clase de educación formal, eran analfabetas, y de sus vidas sólo tenemos ideas provenientes de registros de juicios por brujería. En la nobleza, las mujeres recibían prácticamente la misma educación que los hombres, pero tenían pocas posibilidades de ejercer públicamente su sabiduría.
Modernidad (Siglo. XXI)
Angela Davis |
La inequidad de género, junto a otros fenómenos sociales, es uno de los elementos claves que están presentes en la cultura y en los modos de pensamiento de nuestra sociedad. La equidad de género requiere que todas las dimensiones de la justicia incorporen la perspectiva de género en documentos legislativos, con el objetivo de combatir la discriminación, la desigualdad, la opresión y la violencia contra hombres y mujeres.
Existen muchos estereotipos acerca de los roles masculinos y femeninos, las características atribuidas muestran al hombre en tareas más activas y fuertes; y a las mujeres en roles relacionados con la procreación, el cuidado de los hijos y tareas domésticas.
Sin embargo, han ocurrido cambios como la inserción de la mujer al mundo laboral, la libertad sobre la propia sexualidad, el derecho a voto, acceso a la educación y a la política, entre otros.
La participación de la mujer en la fuerza laboral es apreciablemente menor que la de hombres. Tienen sueldos menores por el mismo tipo de trabajo, y un porcentaje mayor de mujeres trabaja en empleos vulnerables o irregulares. No tienen en ningún país las mismas oportunidades que los hombres para participar en la toma de decisiones económicas y políticas. Las mujeres siguen en segundo plano, aunque hayan dado grandes pasos en materia de educación y participación económica.
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